Ocho meses sin pasarme por aquí, sin escribir ni una palabra, miras hacia atrás y entonces piensas en lo pronto que se ha pasado el tiempo.
En febrero fue la última vez que eche un tinte en mi pelo. Me he liberado de los tóxicos que contiene y del engorro que supone tapar las canas cada mes. Pensé hacerlo para ver que patrón de canas tenia, si podía llegar a gustarme y si no volver al tinte aunque fuera del que se va con los lavados, pero no ha sido necesario, me siento bien así. ¡Ya 8 meses sin tintes!
En estos meses hemos superado situaciones dolorosas con esperanza, la salud en las personas a las que queremos es lo mas importante, verlos mal es sufrir, tener esperanzas es un alivio, esperar un milagro es desesperante, pero aceptar lo que venga es la única opción para poder seguir viviendo.
También han pasado cosas buenas, hemos cumplido nuestro sueño de tener un piso en la playa. Si las casualidades existen hemos gastado todas. Las circunstancias se fueron colocando de tal forma que salió todo increíblemente bien, justo cuando nos habíamos relajado y no pensábamos en ello. La oportunidad llegó y la agradecemos. La vida es así una de cal y otra de arena.
Es bueno agradecer siempre, incluso lo malo podría ser peor.
No somos nada, decía mi abuela. La vida son cuatro días, y nunca mejor dicho.
No podemos esperar a que pase la tormenta para seguir viviendo, tendremos que aprender a vivir bajo la lluvia.
No dejes para mañana lo que puedas disfrutar hoy.
El tiempo no se detiene, nosotros tampoco...
Podría seguir y seguir, pero voy a terminar con esta frase ¡vive! por que lo que te toca, te toca! y si te toca, aunque te quites y si no te toca, aunque te pongas.
Hay cosas que escapan a nuestro control, tenemos que aprender a soltar lo que no depende de nosotros.
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| imagen creada con IA |
Seguiré escribiendo
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