martes, 15 de diciembre de 2020

LA SUCESION DE SUCESOS QUE SUCEDEN

 Ella se encontraba mejor de las quemaduras sufridas por el accidente de la explosión de la olla. Ya estaba recuperándose de aquel susto tremendo y de las consecuencias de aquello.

Decidió salir a dar un paseo. Iba tranquilamente caminando por la acera de una de las calles principales de aquel pequeño pueblo cuando de repente... un estruendo tremendo la hizo girarse, el suelo tembló, sintió como algo golpeaba su cabeza y sus manos, con las que se había cubierto en un movimiento reflejo por protegerse.

Al girarse observó como la sucesión de casualidades la habían puesto en esa situación. También causalidades, se puede decir que fue una cadena de causa y efecto. Lo que sí fue casual es que ella estuviese justo ahí en ese preciso momento.

El caso es que en esa calle habían derribado una casa y para sostener los cables que se sujetaban en la antigua fachada, habían colocado unos postes de madera agarrando todo ese amasijo de cablegrama.

Un coche que acababa de girar la esquina se subió a la acera, con un golpe seco tiro el poste, el poste calló sobre la fachada de la siguiente casa tirando las tejas hechas pedazos encima de la chica, que en ese momento tan confuso creía que estaba sucediendo un terremoto.

Las personas de una farmacia cercana salieron al escuchar el golpe que dio el coche, el palo y las tejas. Todos estaban preocupados por la chica, pensaron que el coche o el poste le había golpeado o que podía tener algún corte por los golpes de las tejas.

Esta vez como un milagro nuestra protagonista ha salido ilesa, eso si el susto no se lo quita nadie. Ella solo pudo decir "parece que me ha mirado un tuerto" mientras le temblaban las piernas. Aunque la gente que allí estaba, reteniendo al conductor que se quería dar a la fuga, comentaban "que suerte a tenido la chica, menos mal que no le ha pasado nada". Claro nadie sabia que unas semanas antes tubo una explosión en su cocina.

La suerte es según la mires, es mala suerte encontrarse en estas situaciones si o si nadie le llama a esto buena suerte. Pero luego siempre tendemos a consolarnos diciendo o pensando que podría haber sido peor y a eso le llaman "buena suerte" por que a otros en situaciones similares les han pasado peores cosas.


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